In: Notas y prensa

Los expertos pronostican que 2022 es el gran año de la industria, porque muchas Fintech recibirán la aprobación por parte de las autoridades mexicanas para comenzar a operar.

El primer sistema bancario tuvo sus cimientos en el antiguo Egipto hace cerca de cinco mil años, durante la dinastía de los Ptolomeos. Las semillas y los granos cosechados se depositaban en almacenes del imperio y a cambio se emitía una tablilla que garantizaba su valor. Esas tablillas después podían ser usadas ya sea para retirar lo guardado o para intercambiarlas por otros productos. En ese sentido, los bancos nacieron antes que el dinero.

En Mesopotamia y Asiria, el sistema bancario era muy semejante, sólo que con una pequeña variante: hacían préstamos de granos a agricultores y mercaderes.

Más adelante, los griegos evolucionaron la banca: constituyeron bancos públicos que eran administrados por funcionarios. La banca se hizo mucho más compleja en operaciones y puestos especializados.
En la baja Edad Media, la banca dio un giro más con los caballeros templarios. La banca que controlaban recolectaba fondos, administraba posesiones y financiaba tanto al Vaticano como a diversas cortes europeas.
Hacia el final de la Edad Media, en Italia, surgió la banca que se considera como la base de la moderna. Florencia, Pisa, Venecia y Génova eran urbes que tenían un alto tráfico comercial con Oriente. Los bancos establecidos ahí financiaban el comercio marítimo. El primer banco privado surgió en Venecia en 1171; posteriormente, en 1270, se promulgó la primera ley sobre el ejercicio de la banca.

A partir de ahí todos los países europeos comenzaron a desarrollar la banca local. Entre ellos, España. Y de ahí llegó a nuestro territorio. El año 1536 fue clave para el desarrollo banquero y financiero, puesto que se fundó la Casa de la Moneda.

Así transcurrieron más de dos siglos para la banca que conocemos y que ahora tenemos que añadirle el adjetivo de tradicional; sin embargo, el desarrollo de las tecnologías digitales dio paso a una nueva era: la de las finance technology, mejor conocida como industria fintech.

La crisis mundial de 2008 trajo consigo una regulación bancaria rigurosa, el impulso de las fintech fue producto de una reacción ante las necesidades financieras que los bancos tradicionales estaban limitados a cubrir y porque las fintechtienen en su ADN la innovación tecnológica y la maleabilidad en los procesos.

Los cuatro grandes rubros en los que operan las fintech son: 1) dinero electrónico para pagos y transferencias, 2) financiamiento colectivo, 3) gestión de finanzas personales y 4) plataformas para inversión. En México, de acuerdo con el censo de Finnovista y el Banco Interamericano de Desarrollo, existen 512 startups Fintech.

De ese universo las tres categorías con mayor participación son: préstamos, con 21%; pagos y remesas, 18%, y empresas de tecnología para entidades financieras con 14%.

La confianza por parte de usuarios finales, ha jugado un papel preponderante en este crecimiento. Así lo demuestra que el 59% de esas fintechreportaron un crecimiento en sus ganancias durante 2021.

Este crecimiento ha permitido que México sea el líder respecto a la concentración de startups Fintech en la Alianza del Pacífico (México, Colombia, Perú y Chile). En esta región, el número total es de 1102 fintech; de ellas, 46.5% están en México, 25.3% en Colombia, 16.2% en Chile y 12% en Perú. En América Latina, sólo Brasil está por arriba, con 771 fintech.

Los expertos pronostican que 2022 es el gran año de la industria, porque muchas Fintech recibirán la aprobación por parte de las autoridades mexicanas para comenzar a operar. Así, México será un gran poseedor de “semillas” convertidas en bits.

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